Hebras de colibrí
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La presencia de la poesía de mujeres en lenguas indígenas abre aquí surco para hacer un pequeño homenaje a la voz que canta. Atisban también las líneas en construcción, de quienes empiezan por este camino.
Un poco de la poesía de Briceida Cuevas Cob, poeta maya:
Con la punta de mi rebozo
Con la punta de mi rebozo entre los labios te dije:
Potro encabritado mi corazón relincha,
Da coces dentro de mi pecho cuando te vislumbra.
Hoy,
Con la punta de mi rebozo
Remojando su tristeza en mis ojos
digo:
Potro agonizante mi corazón
Mordido por la serpiente venenosa de tu desdén
Pelota de voz
Al pozo no le gusta que le tires piedras.
Lastimas su quietud.
Ese juego no le agrada.
Si quieres jugar con él,
Haz de tu voz una pelota,
Arrójala,
verás que te la devuelve.
La casa
Muestra la casa sus costillas
Humedecidas por el frío.
De sus cabellos de palma
Gotean resquicios de alegrías.
En su rostro
A cesado de aletear su mirada que descansa en el
Marco carcomido de sus ventanas.
¿Cuándo la noche orinó sus muros?
Exhibe sus venas.
Adentro
Una araña colecciona alas disecadas de cucarachas.
Los grillos desovillan hilos de silencio.
Cada rincón desmenuza recuerdos.
Pero así,
Aun así
De las manos tomadas con la albarrada
La casa juega a la ronda,
Suda su polvo.
Llora el fogón
El fogón me cuenta su historia.
Su aliento golpea mi rostro.
Me enseña sus heridas,
Rostro chamuscado,
cenizas moribundas,
la deformidad de sus llamas.
Ardo en angustia.
En silencio
le concedo mis ojos para que llore.
Acá también hace presencia con su poecanto, la poeta tojolabal Roselia Jiménez, de quien retomamos:
Madre Tierra
Madre tierra
Ayúdanos
Abuela luna
Padre sol
Dialoguen
en los cielos
dialoguen en la tierra
aquí estamos
¡Madre tierra!
Míranos
florece
¡Oh Madre tierra!
Dueños son
de los tambores
dueños son de las flores
dueños son de los cohetes
dueños son
de nuestra música.
Es de ustedes mi canto.
Madre tierra
Abuela luna
Padre sol
Escuchen mi canto
Un poco de la poesía de Briceida Cuevas Cob, poeta maya:
Con la punta de mi rebozo
Con la punta de mi rebozo entre los labios te dije:
Potro encabritado mi corazón relincha,
Da coces dentro de mi pecho cuando te vislumbra.
Hoy,
Con la punta de mi rebozo
Remojando su tristeza en mis ojos
digo:
Potro agonizante mi corazón
Mordido por la serpiente venenosa de tu desdén
Pelota de voz
Al pozo no le gusta que le tires piedras.
Lastimas su quietud.
Ese juego no le agrada.
Si quieres jugar con él,
Haz de tu voz una pelota,
Arrójala,
verás que te la devuelve.
La casa
Muestra la casa sus costillas
Humedecidas por el frío.
De sus cabellos de palma
Gotean resquicios de alegrías.
En su rostro
A cesado de aletear su mirada que descansa en el
Marco carcomido de sus ventanas.
¿Cuándo la noche orinó sus muros?
Exhibe sus venas.
Adentro
Una araña colecciona alas disecadas de cucarachas.
Los grillos desovillan hilos de silencio.
Cada rincón desmenuza recuerdos.
Pero así,
Aun así
De las manos tomadas con la albarrada
La casa juega a la ronda,
Suda su polvo.
Llora el fogón
El fogón me cuenta su historia.
Su aliento golpea mi rostro.
Me enseña sus heridas,
Rostro chamuscado,
cenizas moribundas,
la deformidad de sus llamas.
Ardo en angustia.
En silencio
le concedo mis ojos para que llore.
Acá también hace presencia con su poecanto, la poeta tojolabal Roselia Jiménez, de quien retomamos:
Madre Tierra
Madre tierra
Ayúdanos
Abuela luna
Padre sol
Dialoguen
en los cielos
dialoguen en la tierra
aquí estamos
¡Madre tierra!
Míranos
florece
¡Oh Madre tierra!
Dueños son
de los tambores
dueños son de las flores
dueños son de los cohetes
dueños son
de nuestra música.
Es de ustedes mi canto.
Madre tierra
Abuela luna
Padre sol
Escuchen mi canto
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